miércoles, 28 de septiembre de 2011

PAREJAS

Dos tazas de café sobre una mesa blanca enrejada que humean mezclando su aroma con el bucólico aire del atardecer.

Dos piernas, pie frente a pie, punta con punta, sin rozarse por miedo a desgastarse.

Dos manos extendidas sobre el mantel. Una línea fronteriza entre ellas y dos dedos índices que, como delincuentes, intentan franquearla. 

Dos bocas fruncidas en un rictus de tensión, sellados por palabras hirientes que presionan tras sus labios.

Dos miradas: oscura una, luminosa la otra. 

Dos polos opuestos que nunca se reconocerán. 

sábado, 24 de septiembre de 2011

Vida

Una luz blanca que le ciega la vista cuando eleva la cabeza buscando una explicación. 
Cuatro paredes que amplifican esa sensación de impotencia y el hiriente pitido de una vida que se ha escapado entre sus dedos. 

Sangre. Baña sus manos, su cara, su inmaculada bata blanca de ángel salvador. 

Carne abierta sobre la camilla. Inerte ya. Aún conserva algo de calor, recuerdo de su paso por este mundo de sentimientos encontrados. 

Corazón a la vista. Bombea falsamente entre sus guantes de látex en un desesperado intento por no convertirse en ángel exterminador. 
Inevitablemente resbala, ya no quiere dar aliento a ese cuerpo.

Aún cree en los milagros. Si cierra la puerta y le bloquea el paso ella no podrá entrar y arrastrar esa alma para empujarla a lo desconocido. 
Tarde. Ya la siente deslizándose entre el instrumental, jugueteando y burlándose de sus ansias de salvar vidas. 
Frío....y, después, se va. 

Ya sólo queda él en la habitación. La furia explota en su cabeza y se proyecta en sus manos que, como una manada de salvajes, arrasan con todo a su alrededor. 
Ruidos metálicos mezclados con lágrimas y gritos ahogados. 

Se deja caer y así, acurrucado, se abandona a un mundo en el que no existe el fracaso.


lunes, 19 de septiembre de 2011

Sentir un latido

PUM PUM PUM. Ya lo oigo. Antes, no había nada. 
Vacío, algo mucho peor que el silencio, algo más allá que te angustia y encoje el alma. 

¡Qué delicioso sonido el que regresa a mí! Creía haberte perdido ya para siempre.
Oscuros los tiempos en los que andaba asustada y dando traspiés sin tu guía, con solo un conjunto de neuronas que ni sienten ni padecen. 

¿Dónde te escondías? Creo que te encerraron en una caja, enclaustrado bajo hirientes clavos de hierro. Sin aire que respirar y sin luz que te iluminara te ibas marchitando cual rosa ha quedado sin pretendiente que la mime. 

En ese vacio de mi existencia muchos intentaron crear un Big Ban en mi interior. Unos llegaron más lejos que otros, haciendo saltar unos mm los cierrres de tu cofre claustrofóbico. Pero siempre volvían, con fiereza, a encajarse en su sitio. 

No era consciente de que la única guerrera que podía liberarte era yo misma. Basta de miedos, prejuicios y recuerdos tristes. 
¡Recupera la llave del fondo del pozo y haz que vuelva! "una voz me decía". 

Y aquí estás. Ya has vuelto. PUM PUM PUM. 
Ya te siento como nunca antes en mi pecho, fuerte, apasionado, dispuesto a todo.


Juntos, tú y yo, podremos con todo.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Ilusionismo: Marching Season

Un juego. Se abre el telón, aparece el gran maestro. Traje de chaqué, serio, elegante, refinado, seguro de sí mismo pues ahora jugamos en su terreno. 

Se apagan las grandes lámparas del teatro y sólo queda una tenue luz que nos permite observar y deleitarnos con la imponente figura del director de este juego....nuestro juego. 
Música en "on"...... y comienza el espectáculo.

Rojo.  Solo ves un pañuelo rojo flotando entre sus manos, fantasmagórico pero a la vez siniestramente atrayente. El maestro juega y hace mil piruetas con él, se burla de nuestra ingenuidad y se aprovecha de nuestro ánimo, que se enciende ante lo misterioso e irreal. 

Sus movimientos se fusionan con los compases de la música. Parece que esa canción está exclusivamente creada por y para él. 
El pañuelo aparece y desaparece ante tus ojos y sientes como, al mismo ritmo, a ellos van y vienen las lágrimas que antes fueron secadas con ese mismo trozo de tela color de sangre. Son lágrimas de alegría, frustación, añoranza y tristeza. 
Desearías reclamarlas, pero ya no son tuyas, están a merced del gran mago de este juego, un cazador de lágrimas cristalinas, que se divierte con ellas a su antojo causando tu sufrimiento, hasta que, por fin, la música va bajando de intensidad y... ¡Magia!

El maldito pañuelo rojo ha desaparecido para siempre y con él, desaparecerán las lágrimas.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Esa persona

Para mi, escribir es mi vía de escape al día a día. Vivimos rodeados de estrés, ansiedad, prisas, expectativas difíciles de cumplir...y no nos damos cuenta de que, a veces, lo más sencillo y banal es lo que nos podría hacer feliz. 

Mucha gente se jacta de no ser materialista, de ser personas sencillas y poco exigentes....pero....¿A quién no le hace ilusión que le regalen el objeto de sus sueños? Yo misma pierdo la vista por un vestido o unos zapatos... Pero eso es un placer momentáneo. 

Y la realidad llega en los momentos que estás a solas contigo misma y te das cuenta que esos zapatos o ese vestido carecen de sentido si no hay alguien a tu lado que te los pueda ver puestos. Alguien a quien no le importe verte recien levantada o increíblemente arreglada porque siempre te verá preciosa. 

El placer que te pudieran proporcionar el mejor coche del mundo, el último avanze tecnológico, el vestidor más completo....no es comparable a aquel que te va a proporcionar esa persona que está a tu lado, desprendiendo amor por todos los poros de su piel y tú debes ser capaz de olerlo y sentirlo para asi, darte cuenta, que no hay mejor perfume para oler ni mejor objeto para tocar.

¡Desempolvando viejos folios!

Después de años y años escribiendo y guardando todo en viejas carpetas y cuadernos, creo que ya es hora de darles un poco de vida y movimiento y poder expresar como me siento y mis ideas.

Tengo tantas cosas guardadas en mi atolondrada cabeza que algún día explotaré si no las exprimo y extraigo antes.....