martes, 11 de octubre de 2011

HOSSEGOR

De vuelta tras un viaje increíble. Cuatro días en los que he dormido y vivido en una comuna de diez personas, apretujadas unas con otras.
Nos hemos reído, gritado, enfadado... Nos hemos mojado bajo la fina y fría lluvia y hemos sentido los últimos y cálidos rayos del sol.
Hemos visto auténticos jinetes de las olas. Incredulidad en mi cara al ver como hacían rápidas piruetas y quedaban engullidos por la espuma para salir victoriosos y erguidos sobre sus tablas.
Cuatro días en otro país, otras costumbres y otro modo de vivir. Francia. Ambiente surfero a pie de playa y bohemio entre las calles de Capbreton.
Un lugar donde sentirte único y aislado del mundo, renovar energías y volver con una sonrisa de nostalgia.
Un viaje para repetir.

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