martes, 25 de octubre de 2011

El primer día

Hoy, 7:45 de la mañana, es el primer día del resto de tu vida. Un detalle que casi nadie tiene en cuenta porque nuestra mente tiene un mecanismo de defensa que evita que continuamente estemos preocupados por si ese momento que estamos viviendo pueda ser el último. 

Como cualquier otro día ya vivido sigues tu misma rutina. Golpe al despertador y grito quejoso y enfurruñado por no poder pasar toda la mañana durmiendo. Media hora de ducha y aseo, diez minutos para desayunar un amargo café y pan con mermelada que sabe a todo menos dulce. Vistazo rápido al reloj, ansiedad por no llegar a tiempo a tu puesto de trabajo en el que estarás sentado en una silla dura como el hormigón enfrente de una pantalla de ordenador que, a veces, crees que te va a provocar un ataque epiléptico de tanto que parpadea. 

Hora punta : como tú, otras tantas miles de hormigas se dirigen a su propia y aburrida rutina en su hormiguero particular. Sonidos de claxon y gritos escupidos con amargura y exasperación. 
Por fin, con el 30% de tu energía diaria ya gastada en solo la primera hora de la mañana, asientas tu cuerpo y, como un autómata, tecleas y llamas por telefono incansablemente durante ocho horas. 

Durante ese mismo tiempo tu cabeza está en modo "standby" porque no tiene nada que imaginar ni que soñar, porque tras la monótona jornada de trabajo volverá a concentrarse en el tráfico y procesará insultos aún más bruscos que los que planeó en ese mismo lugar 9 horas antes. 

LLegarás a casa y tendrás que recoger todo lo que por la mañana no pudiste. Un rato de televisión, llena de más basura que la que sacas cada noche a la calle antes de acostarte. Cena rápida porque ya no sientes ni curiosidad por el arte culinario, como tampoco por otras tantas cosas. Un poco más de manoseo al mando de la televisión y cuando ya crees estar al borde del ataque epiléptico que nunca llega y que es  síntoma de tu aburrida vida, te acuestas y das un respiro a tus sueños y anhelos que no tienen donde caerse muertos en tu vida real.

Mañana a las 7:45 será otra vez el primer día del resto de tu vida y así seguira siendo hasta que una mañana despiertes y sea el último día de tu insípida vida.

¿Y si lo supieras?¿Harías balance de todas las horas de tu existencia? ¿Te darías cuenta de que no habrías dedicado ni un 10% de esas horas a cumplir tus sueños, tus expectativas y tus sentimientos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario