jueves, 12 de enero de 2012

Tú en medio de nada

Estaba perdido y te encontré.
Ahí, en el centro de aquella vorágine de rascacielos interminables y casuchas al borde del derrumbe en el que me encontraba, movido por el afán de encontrarme a mi mismo y saber quien narices soy realmente. 

Durante una de aquellas largas caminatas por las escasas zonas aún verdes y frondosas un rayo del sol templado del invierno me cegó cuando intentaba buscar en él respuesta a las absurdas dudas existenciales que me suelen asaltar cuando no quiero enfrentarme a la realidad. 
Con los ojos llorosos y medio cerrados, dando traspiés, choqué contigo. 
Tu tono quejoso y molesto apenas alcanzaba el diez por ciento de desagradable. 

Oí el ruido de tus libros al caer y, por supuesto, me agaché a recogerlos.
Sé que pensareis que estoy hablando del típico encuentro de película, imposible de suceder en la vida real. Esa escena en la que los ojos  de los protagonistas establecen tal conexion que el pelo que cubre tu piel se eriza alcanzando una longitud insospechada y tu imaginación se evade anhelando algo así. 
Ciertamente lo único que faltaba en mi caso era la música de fondo. Ya la añadí yo en mi mente. 


A esa conexión de película le siguió  el contacto de los dedos al devolverte los libros. Suaves, pequeños y deliciosamente cálidos. 
Si sólo esa pequeña parte de tí era ya tan atrayente, el resto tenía que ser la misma locura atrayéndome al abismo. 


Tengo la absoluta certeza de que tú también lo sentistes. 
Lo leí en tu mirada brillante y excitada, en la mordida de uno de tus labios sobre el otro, en la reticencia de tu  mano a romper el contacto con la mía, en toda tú entera. 
No hicieron falta palabras, ambos estábamos balanceándonos en la cuerda de la silenciosa seducción y nada parecía poder evitar que cayéramos. 


Sin embargo, el momento pasó y cada uno reemprendimos nuestros caminos. 
Quizás aún no era el momento adecuado para cruzarse o puede simplemente que mi soledad y desesperación me llevaran a imaginarme patéticas pero deseadas escenas de película. 


Tendré que volver a plantearme dudas existenciales mientras camino para averiguarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario